La Oxitocina, conocida como «hormona de la felicidad», se produce en el cerebro, pero también en las células cutáneas y contribuye al bienestar diario, ya que contrarresta el estrés (tanto psicológico como fisiológico), reduce la presión sanguínea, regenera los músculos, fomenta el sentimiento de apego y fortalece los lazos sociales.
Los receptores de La Oxitocina están presentes en el tejido y las células de la piel. Es por ello que, distintos informes científicos avalan los efectos positivos del contacto humano para la salud cutánea. Las caricias, los abrazos y el contacto físico con nuestros seres queridos aumenta los niveles de oxitocina en sangre y sus beneficios.
Sin embargo, el cuerpo deja de producir La Oxitocina por distintas razones, esto trae como consecuencia:
- Episodios frecuentes de estrés y ansiedad.
- Aumento de enfermedades inflamatorias de la piel como psoriasis, eczemas y acné.
- Pieles apagadas, deshidratadas y envejecidas prematuramente.
Pero más allá de entender las razones por las que no se genera suficiente Oxitocina, queremos contarte cómo puedes ayudar a tu cuerpo a producir esta importante hormona.
Conoce 4 acciones sencillas que te permitirán mejorar la salud de tu piel.
1- MÁS CONTACTO CON PERSONAS VITAMINA. Compartir con personas que le aporten felicidad a tu vida, incentiva la producción de oxitocina. El contacto humano disminuye la sensación de soledad, fortalece el sistema inmunitario y reduce los síntomas de ansiedad y depresión.
2-ELIGE MÁS ACTIVIDADES AL AIRE LIBRE. Pasar dos horas a la semana en contacto con la naturaleza mejora la salud, ya que aumenta la producción de oxitocina, disminuye la presión sanguínea, atenúa el estrés, y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
3-DA Y RECIBE ABRAZOS SINCEROS. Al abrazar nuestro cuerpo segrega oxitocina, libera serotonina y dopamina (encargadas del buen humor), lo que genera una agradable sensación de armonía y plenitud, una dosis cargada de bienestar para el cuerpo y el alma.
4-EVITA SITUACIONES DE ESTRÉS. Cuando se experimenta tensión y ansiedad durante un período de tiempo continuo, se mantiene al cuerpo en estrés produciendo grandes cantidades de cortisol, debilitando el sistema inmune, afectando la salud y el bienestar de la piel.